Reafirmación de Hermandad
- Fernando Travieso
- 14 abr 2016
- 2 Min. de lectura
Foto: Archivo.
Las relaciones entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba han significado el fortalecimiento de los procesos revolucionarios que hoy ostentan el poder en ambos países, en todos los ámbitos.
Cuando el Presidente de Estados Unidos Barack Hussein Obama se encontraba de visita en la nación caribeña, el Presidente cubano Raúl Castro le recordó lo negativo que significaba para toda la región latinoamericana los intentos de desestabilizar a Venezuela.
La élite económica y política estadounidense no tolera la visión nacionalista Bolivariana en la administración de la mayor reserva de petróleo y la segunda reserva de oro del planeta, en plena crisis del sistema financiero internacional, a las puertas de una de mayor gravedad a la del año 2008.
El saqueo del petróleo de Libia, y el robo de sus reservas de oro y divisas, dejan ver los planes que esconde la renovación del decreto que declara a la nación de Simón Bolívar un peligro para la seguridad de los Estados Unidos.
Al igual que la independencia de Suramérica fue un ejemplo para hombres de la talla del prócer cubano José Martí, la revolución de Cuba señaló el camino para los revolucionarios de América Latina y el mundo.
La amistad entre gigantes como el Comandante Fidel Castro y el Comandante Supremo Hugo Chávez permeó en sus respectivos pueblos, consagrando conquistas sociales impensables en los países sometidos a la dictadura neoliberal, que el capital financiero internacional le impone al planeta, junto al saqueo de sus recursos naturales.
La estrategia estadounidense busca desmoralizar los procesos revolucionarios mediante la guerra económica, cuando solo gracias a la repartición equitativa de la riqueza nuestra nación puede sortear en paz la caída del precio del petróleo y el sabotaje económico.
La consolidación de las conquistas sociales y la soberanía sobre sus recursos y territorio, hermanan hoy más que nunca a Cuba y Venezuela, en la construcción de países independientes y prósperos para todos sin exclusión.
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