No son sólo consignas
- Isabel Pérez
- 18 abr 2016
- 2 Min. de lectura
“La gente se fue a la calle porque le quieren quitar su casa”, dijo una señora que estaba con sus hijos, en la marcha que se realizó este jueves contra la Ley que pretende privatizar a las viviendas de la GMVV. Una consigna, alcancé a escuchar entre tantas: “El pueblo arrecho, defiende sus derechos”. Esos derechos que la cuarta les quitó, porque fue la cuarta quien deshumanizó a los hijos de Bolívar. Ahora quisieran repetirlo.
A veces se peca por considerar que sólo son frases vacías aquellas consignas que escuchamos, pero últimamente se siente y se ve que aquellas consignas son una advertencia, pero más allá, una sentencia. Definitivamente éste pueblo se crece ante las adversidades y las circunstancias están dadas para que insurjan los poderes, las capacidades y las fuerzas que harían temblar a cualquier poder que desee pasar por encima de los derechos del pueblo arrecho.

Muchos subestiman las capacidades del pueblo cuando se les vulnera sus derechos. ¿A caso se les ha olvidado que éste pueblo está conformado por hijos e hijas de hombres y mujeres valientes que hicieron historia aquí y más allá de nuestras fronteras? ¿Será que es preciso recordar lo que éste pueblo logró aquél Abril del 2002?
El pronunciamiento de La ley de Amnistía, y la ley con la que se desea privatizar a las viviendas de la GMVV, sólo viene a reavivar las fuerzas del chavismo. Bancada opositora, no provoquen al huracan bolivariano, trabajen y trabajen porque esos votos que les dieron, por molestia, por confusión, ahora que ustedes muestran los colmillos, los estan disminuyendo con cada uno de sus errores. La gente ha estado esperando resultados y ustedes no han dado la talla, todo lo contrario.
Realmente su posición es bien complicada, la gente no les cree, no tienen un proyecto para atender la situación económica, no poseen las firmas para un revocatorio y siguen saboteando cada uno de los sectores económicos y sociales del país. Deberían darle las gracias a ese “maburro” que los ha protegido de la furia del pueblo, porque las consignas son un grito que podrían trascender para hacerse verbo cuando menos lo esperen. Pero por si no les queda claro, aquí va otra “consigna” que empieza a desplegarse por las calles: “Quieren referéndum, quieren enmienda, a esa asamblea hay que mandarla pa' la mierda”.
¡Aquí nadie desea rendirse!
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