Nosotros ponemos los muertos
- Isabel Rivero De Armas
- 21 abr 2016
- 2 Min. de lectura
Foto/ Archivo.

Como decía el gran Alí Primera, “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”. Después de la caída de la dictadura de Marcos Pé- rez Jiménez que, curiosamente, cayó por oponerse a una base de cohetes en Paraguaná promovida por Eissen- hower –presidente en ese momento de los Estados Unidos- los muertos los pone la Revolución.
De ese período, cuando la democracia fue secuestrada fundamental- mente por AD, Copei y la oligarquía mediante el Pacto de Punto Fijo, la cuenta de los desaparecidos es gran- de. La de los torturados también.
Haciendo un recuento breve de es- tos tres últimos años, los caídos están de este lado. En abril de 2013, a unas cuantas horas después de haberse conocido el triunfo electoral de Nicolás Maduro por la Presidencia de la República, Henrique Capriles llamó “a descargar la arrechera”, lo que causó
trece muertes.
Luego, en 2014, las “guarimbas”, por cierto, delito amnistiado en la Ley de Amnesia Criminal, dejaron más de cuarenta muertos que son resultado de la incitación de Leopoldo López a la violencia en lo que se llamó “La salida”. Sin embargo, estas víctimas, en su mayoría a causa de las barrica- das, no solo militaban en el chavismo.
Algunas simplemente se encontraban ahí y, por ello, fueron el blanco de ataque de quien, por sus aspiraciones presidencialistas impregnadas de golpismo, ordenó acometer contra inocentes.
Eliécer Otaiza, presidente de la Cámara Municipal de Caracas, dirigente comprometido con el chavismo, asesinado el 26 de abril de 2014, es otra víctima de la derecha internacional. Su asesinato coincidió con el escenario de la segunda etapa de “La salida”, después de que se le había creado la matriz de opinión, a través de la página Dolar Today, de que dirigía un comando criminal desde los colectivos. Con la falsa tesis, montada desde hacía meses atrás, creaban las condiciones para que su asesinato pasara desapercibido. También nos quitaron a Robert Serra al poco tiempo.
Hace dos meses, asimismo, fue asesinado el periodista Ricardo Durán, quien venía investigando las fallas de Corpoelec habiendo demostrado la implicación de factores de la derecha como promotores de ellas. Siguieron, y siguen.
Comments