Decreto 5200: Legado histórico chavista
- Fernando Travieso
- 9 may 2016
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Se garantizó a la nación la mayoría accionaria en la conformación de las empresas mixtas establecidas en esta área de 55 mil kilómetros que constituye la reserva más grande de crudo del planeta

Chávez recuperó la renta petrolera y la puso al servicio del pueblo. FOTO AVN
9 años de la nacionalización de la Faja
El 26 de febrero se cumplieron 9 años de la promulgación del decreto 5200 por el Presidente Chávez, obligando a las diferentes empresas organizadas bajo la figura jurídica de Asociaciones Estratégicas y Exploración a Riesgo y Ganancia Compartida, que fueron creadas durante la Apertura Petrolera en la década de los 90, a migrar a la de empresa mixta, estipulada en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, promulgada en el 2001 y reformada en el 2006.
Las Asociaciones Estratégicas situadas en la Faja Petrolífera del Orinoco tenían mayoría accionaria de capital transnacional, controlando el área donde se ubica el yacimiento de petróleo más grande del mundo, atentando contra la soberanía que el Estado-Nación venezolano debe ejercer en los aspectos estratégicos relacionados con la seguridad nacional.
La Apertura Petrolera de los 90 desmontaba el control del Estado sobre los hidrocarburos y estaba direccionada a la privatización de Pdvsa, actualmente la industria con más reservas de petróleo en el mundo.
De igual manera, Venezuela a finales del siglo pasado incumplía con la cuota asignada por la OPEP: sobreproduciendo, lo que en conjunto con la crisis del sureste asiático llevó los precios del barril a niveles solo comparables con los actuales, y los de 1986 por su bajo monto.
La abundancia de crudos livianos y medianos comienza su declive global en 1981, lo que fue aumentando paulatinamente la importancia estratégica de la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, por eso el interés transnacional en instalarse y manejar la producción del área.
La regalía cobrada durante el periodo de la Apertura, se ubicó en 1% y el impuesto sobre la renta en 34%, monto para actividades consideradas no petroleras y contraviniendo lo establecido, dado que la Ley de Hidrocarburos de 1943, promulgada por el Presidente Medina Angarita y vigente para la época estipulaba 16 2/3% en lo referente a regalías.
Con la llegada del Presidente Chávez se asume nuevamente el papel de Venezuela como líder de la OPEP, dando el ejemplo en el cumplimiento de la cuota de producción, lo que fue seguido por el resto de sus miembros, y rescatando el precio del barril.
Asimismo la Ley de Hidrocarburos de 2001 ubicó la regalía en 30%, permitiendo obtener importantes recursos que posibilitaron la gigantesca inversión social de la Revolución Bolivariana, que sobrepasa los 700 mil millones de dólares, siendo este instrumento legal el detonante del golpe de Estado de 2002.
A medida que avanzaba el tiempo, la producción mundial de petróleo se colocaba en mayor medida por encima de lo descubierto, ocasionando el agotamiento de los crudos livianos y medianos, aumentando el papel estratégico de la Faja del Orinoco para el mundo, zona vital de la soberanía venezolana.
La Ley de Hidrocarburos se modificó en el 2006 dando vida a la figura de empresa mixta, siendo la base del decreto 5200, que obliga al capital transnacional a migrar a esta modalidad.
"La apertura petrolera no fue sino el intento de quitarle, definitivamente a los venezolanos, su riqueza natural más poderosa y más grande, el intento del imperialismo de adueñarse para siempre de la reserva petrolera más grande del mundo", apuntó Chávez en esa oportunidad.
El 26 de febrero de 2007 se promulga en gaceta el decreto, dando plazo hasta el 30 de abril para completar la constitución de las empresas mixtas, con 60% de capital accionario del Estado como mínimo, constituyendo el fin de la Apertura Petrolera.
La nacionalización de la mayoría accionaria de los antiguos convenios de Asociación Estratégica y de Exploración a Riesgo y Ganancia Compartida logra que el Estado venezolano en representación de su pueblo ejerza pleno control sobre la reserva de petróleo más grande del mundo e importantes yacimientos en el país.
En un planeta en pleno conflicto por el control de las reservas de petróleo, Venezuela representa el derecho de los países a ejercer soberanía sobre sus recursos, lo que le ha ganado la enemistad de los centros de poder imperial, que en la década de los 90 consideraban los mismos como propios.
El Gobierno del Presidente Maduro ha mantenido intacto el legado en materia energética del Comandante Supremo Hugo Chávez, lo que explica los ataques contra la nación venezolana por parte del imperialismo estadounidense, diseñado por sus Tanques Pensantes, financiados por el Lobby Petrolero Internacional, y que tiene en la mira la mayor acumulación de las escasas y codiciadas reservas planetarias de hidrocarburos líquidos.
La participación extranjera hasta un 40% ha permitido la presencia de una importante representación de países y empresas de todo el mundo, supeditadas al interés nacional, constituyendo parte de la estrategia venezolana para el mantenimiento de la soberanía, los aportes de capital para el desarrollo de las áreas hidrocarburíferas y la vanguardia tecnológica.
El Decreto 5200 es un ejemplo de dignidad nacional que recoge más de cien años de lucha del pueblo venezolano por utilizar sus inmensos recursos para beneficio de las grandes mayorías.

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