“Nuestra soberanía es la de toda la Patria Grande”
- Adam Chávez
- 6 jun 2016
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“…estas líneas son la manera de hacerme presente en esta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; son la manera de reafirmar, hoy más que nunca, el compromiso vivo y activo de Venezuela con la causa histórica de la Unión. Quiero compartir con ustedes una certeza: gracias a la CELAC ya nos vamos pareciendo a todo lo que una vez fuimos y a todo lo que quisimos ser pero nos fue arrebatado; nos vamos pareciendo a la Pachamama, a la cintura cósmica del Sur, a la reina de las Naciones y la madre de las Repúblicas.
El espíritu de la unidad ha vuelto con toda su fuerza; es el espíritu de nuestros Libertadores y Libertadoras que ha reencarnado en los Pueblos de Nuestra América Latino Caribeña; es el espíritu en el que confluyen muchas voces para hablar con una sola voz. Desde aquel diciembre de 2011, cuando fundamos en Caracas la CELAC, los acontecimientos mundiales no han hecho más que ratificar la extraordinaria importancia del gran paso hacia adelante que hemos dado. Somos, hoy por hoy, ejemplo para el mundo de unidad en la diversidad, en función de la justicia, el bienestar social y la felicidad.
La CELAC ha sabido plantarse con un carácter y una personalidad bien definidas, lejos de cualquier dictamen o pretensión ajena a sus principios y postulados. Hoy más que nunca podemos decir que cuando afirmamos que hemos reemprendido real y verdaderamente el Camino de nuestros Libertadores, lema que identifica a esta Comunidad, no estábamos haciendo una retórica y vana declaración. Tan trascendente lema exige que lo llenemos cada día de más y más contenido histórico, político, económico y social. Si somos una Nación de Repúblicas, nuestra soberanía es la de toda la Patria Grande, y debemos hacerla respetar.
Cuando resuena el fúnebre sonido de los tambores de guerra en el mundo, cuánto valor tiene que los estados de América Latina y el Caribe estemos creando una zona de paz donde se respete celosamente el derecho internacional y se reivindique la solución política y negociada de los conflictos.
Tenemos el deber de anteponer a la lógica de la guerra una cultura de la paz, sustentada en la justicia y en la igualdad.
Los sagrados propósitos, las relaciones fraternas, y los intereses comunes que unen entre sí a las Repúblicas de Nuestra América Latino Caribeña, tienen en la CELAC una base fundamental no sólo para garantizar la estabilidad de los Gobiernos que nuestros pueblos se han dado, sino la soberanía y, digámoslo con Jorge Luis Borges, la perpetuidad de cada una de nuestras Patrias. Pongo toda mi convicción al reiterar unas palabras que dije en Caracas el histórico 2 de diciembre de 2011 al nacer la CELAC: ¡O somos una Patria, o no seremos Patria! ¡O hacemos la única Patria Grande, o no habrá Patria para nadie en estas tierras!.
Todo cuanto hagamos por la unidad no sólo estará justificado por la historia sino que además se convertirá en el más luminoso legado que podamos dejarles a las nuevas generaciones. En la CELAC, como quería Bolívar, hemos vuelto a ser una sola Patria. Se ha puesto elocuentemente de manifiesto que Nuestra América Latino Caribeña es capaz de verse y pensarse a sí misma y al mundo con plena autonomía, y de actuar conjuntamente. La gran política supone un aprendizaje permanente: es aprender a convivir con nuestras diferencias, aceptarlas y procesarlas, buscando siempre la mejor manera de complementarnos. La gran política impide que la intriga nos divida. No olvidemos aquella dolorosa advertencia de Bolívar: Más hace un intrigante en un día que cien hombres de bien en un mes.
Multipliquemos los efectos sensibles y los esfuerzos bien dirigidos, lo digo con Bolívar, para convertir a la CELAC en centro de irradiación del nuevo sistema de unión de los países de América Latina y el Caribe. (…) quiso el azar, y así quedara en la historia, que precisamente el día de hoy, en que Cuba asume la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se conmemoren 160 años del nacimiento del apóstol de la independencia cubana, y uno de los más grandes bolivarianos de todos los tiempos: José Martí.
Sus proféticas palabras aun resuenan: “pueblo y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del Bravo a la Patagonia. Una ha de ser, pues que lo es, América, aun cuando no quisiera serlo; y los hermanos que pelean, juntos al cabo de una colosal nación espiritual, se amarán luego.” Ha llegado el tiempo de ese amor de Martí, de ese amor de Bolívar, del amor Nuestroamericano…
* Extractos del Mensaje enviado por el Comandante Hugo Chávez a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), leído por el entonces Vicepresidente Ejecutivo Nicolás Maduro. Santiago de Chile, 28 de enero 2013.
Comentario:
Nuevamente las palabras de Chávez, la Voz de Chávez, expresión de un pensamiento alimentado y fortalecido con la savia nutriente de nuestros Padres Libertadores, demuestran su indiscutida vigencia y nos guían en el camino para “encarar todas las tormentas” y salir victoriosos. El texto que hoy seleccionamos, que contiene fragmentos de la Carta que el Comandante Eterno envió a la II Cumbre de la CELAC, celebrada en Santiago de Chile en enero del 2013, nos ratifica que la lucha de nuestro pueblo, liderada con devoción por el Comandante Supremo en pos de la unidad Nuestroamericana y Caribeña, no ha sido en vano.
La importante victoria alcanzada por Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), logrando la aprobación de una Resolución en la que 34 estados miembros del organismo expresan su apoyo al proceso de diálogo en nuestro país constituye, sin dudas, un reconocimiento al gobierno constitucional del camarada Presidente Nicolás Maduro y de respaldo al estado de derecho, a la plena soberanía y a la democracia constitucional venezolana. Pese a las maniobras del Sr. Almagro, actual Secretario General de la OEA, alineado sin tapujos con la oposición antipatria y sus aliados, la razón y el respeto a la autodeterminación de nuestras naciones obtuvieron un nuevo triunfo.
Pena ajena da el accionar del Sr. Almagro, conocido por su zigzagueante carrera política, obsesionado en desacreditar y atacar a nuestro pueblo y al Presidente Maduro. No nos sorprende, recordemos sus declaraciones poniendo en duda las garantías de las elecciones legislativas de diciembre de 2015. En ese entonces, Pepe Mujica le dijo: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”, consciente de que Almagro había abandonado de forma definitiva cualquier conexión con los procesos de emancipación latinoamericanos.
La obsesión del Sr. Almagro traspasó todos los límites cuando recientemente apeló a la Carta “Antidemocrática”, atacando directamente a nuestro país en un gesto injerencista sin precedentes.
Actuando en calidad de Secretario General del organismo interamericano, Almagro abandonó descaradamente la supuesta neutralidad de su cargo para ofender a nuestra Patria y al Presidente Maduro, inmiscuyéndose en asuntos que solo a nosotros los venezolanos y venezolanas nos corresponde resolver.
Frente a esos propósitos, la unidad, la solidaridad, el respeto a la libre determinación y a la soberanía de nuestros países, emergieron triunfantes. Estoy convencido de que, en esta hora estelar de nuestra historia, fracasarán quienes intenten desviarnos; que prevalecerá, lo digo con Bolívar, el bien inestimable de la unión; que el monroísmo desaparecerá definitivamente como instrumento de opresión, dominación y desunión en este lado del mundo. Nuestros pueblos se respetan y nadie puede venir a inmiscuirse en nuestros asuntos internos. No lo permitiremos.
Estamos seguros que, junto todos los seres humanos de buena voluntad que en el mundo nos acompañan, junto a los gobiernos dignos del continente, junto a los pueblos irredentos que luchan por un mundo mejor y posible, vamos a seguir haciendo la Patria de nuestros hijos, la Patria una y grande, la Patria latinoamericana y caribeña. Con Chávez iluminando nuestro camino, seguimos en batalla hacia nuevas victorias. Venceremos¡¡
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