Fascismo + alimentos= la fórmula del estallido
- Modaira Rubio
- 13 jun 2016
- 4 Min. de lectura
Se busca crear el caos y la violencia
Los medios de comunicación privados actúan como brazo propagandístico de una campaña de satanización contra los Clap

Clap son blanco de los ataques de la derecha. FOTO ARCHIVO
La resolución emanada el pasado 1 de junio desde el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que respaldó el diálogo entre los actores políticos y la no injerencia en los asuntos internos del Estado venezolano, echó por tierra las aspiraciones de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de aislar política y diplomáticamente a Venezuela con el objetivo de facilitar las condiciones que allanen el camino a una intervención extranjera.
Aún así la amenaza continúa. La oposición venezolana y la derecha hemisférica apuntan a continuar la presión sobre la OEA utilizando a su Secretario General Luis Almagro, para aplicar la Carta Democrática Interamericana.
La contrarrevolución busca “encender las calles” y con ello dar curso antes de fin de mes a la solicitud de Almagro. Los estrategas de la violencia han visto en la manipulación y tergiversación de la información sobre el nuevo sistema de distribución de alimentos, la fórmula ideal para “prender la mecha”.
Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), son estructuras recientes que se han creado a fin de combatir el bachaqueo y otras desviaciones (escasez inducida, especulación, acaparamiento) ocasionadas por la agresión multifactorial a la que es sometida el pueblo venezolano con un fin político: derrocar al Gobierno Bolivariano.
Si bien es cierto que en las redes sociales hay expresiones de malestar o denuncias sobre algunas deficiencias en el sistema -que tienen que ver especialmente con el retraso en la entrega de víveres o en debilidades organizativas- también es cierto que Freddy Bernal, jefe del Centro de Control y Mando del Estado Mayor para los CLAP, ha señalado que la experiencia está en construcción.
A medida que se consoliden los CLAP y se observen los resultados, seguramente habrá que hacer reacomodos y reajustes para garantizar su perfectibilidad a objeto de satisfacer a todos los sectores que lo requieran.
La vocería oficial de la MUD advierte que habrá caos, muertos, estallido social, hambruna, si no se aplica la Carta Democrática al país. No es casual entonces que a diario se lleven a cabo escaramuzas, situaciones irregulares, en distintos puntos del territorio nacional provocadas y alentadas por activistas o mercenarios contratados por la contrarrevolución como han denunciado autoridades regionales y nacionales.
La campaña de la oposición: TocoClap
Los medios de comunicación privados actúan como brazo propagandístico de una campaña de satanización contra los Clap. María Corina Machado, Henry Ramos Allup, Henrique Capriles Radonski, activistas de Primero Justicia (PJ) y Voluntad Popular (VP); el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio); la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras); señalan que la medida traerá más bachaqueo, más escasez y llaman a la gente a “rebelarse” contra esta “imposición” en lo que puede considerarse una convocatoria al saqueo selectivo.
Analistas del academicismo burgués, dicen que el presidente Nicolás Maduro ha creado un “apartheid” con la comida para “manipular a los venezolanos”. “Esta propuesta del gobierno nacional es una manera que se puede interpretar como ‘si controlas la comida entonces controlas al pueblo’. Excluir a un sector social con algo tan delicado como es la adquisición de alimentos puede llegar a tener hasta características ‘genocidas”, aseguró Magaly Huggins, profesora del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Cendes) una entrevista a El Nacional Web.
El 3 de junio, la cadena británica BBC Mundo publicó un reportaje en su página web titulado: “¿Qué son los polémicos CLAP?, el sistema paralelo de distribución de alimentos del gobierno de Venezuela”, donde de antemano los califica como estructuras difusas que generan discusión. Por tanto la campaña Todos Contra los Clap (TocoClap) toma carácter internacional.

El pueblo se organiza para enfrentar el bachaqueoz. FOTO ARCHIVO
Nuevas modalidades
Prosiguiendo el guión del golpe continuado, la retórica de la derecha pasó de comparar el actual escenario con los meses que antecedieron la rebelión popular de 1989, conocida como El Caracazo, a manejar el término de “microestallidos” o micro caracazos.
Hace pocos días, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba, declaró que el Consejo Nacional Electoral (CNE) “no puede retrasar más el avance del proceso revocatorio”.
“El hambre no espera, la falta de medicinas no espera, recuerden que hay un pueblo indignado y que responde con la fuerza y ya la demostró en Catia y Petare. El estallido social está ocurriendo, todos los días ocurren 10 ó 12 pequeños Caracazos”, insistió.
“Se busca neurotizar a ciertos sectores de la sociedad para iniciar una violenta conflictividad que sirva de excusa para acusar a Venezuela de Estado represor y violador de los derechos humanos”
La ONG financiada desde Washington denominada Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y otras instancias de “investigación” de la oposición, hacen un conteo a diario de los “conatos de saqueos” que en muchos casos no hay cómo comprobar. Una red de “twitter-reporteros” se encarga eficientemente de enviar fotos y comentarios de situaciones irregulares a lo largo y ancho del territorio nacional en “tiempo real”.
En la actualidad además se está produciendo una nueva modalidad de saqueo en las carreteras para evitar que la comida llegue a su destino y generar desabastecimiento.
A menudo se incendian las redes sociales con información de saqueos de gandolas o camiones, accidentados en las carreteras del interior del país, incluso de lanchas pesqueras, lo que obedece a una “metodología” que se concentra en los microespacios.
Han pasado de lo macro a lo micro, territorializando el área de conflictos; ya no buscan solo “prender” Caracas. La perturbación se enfila a zonas periurbanas, a pequeñas poblaciones y a las vías de circulación. Se busca neurotizar a ciertos sectores de la sociedad para iniciar una violenta conflictividad que sirva de excusa para acusar a Venezuela de Estado represor y violador de los derechos humanos.
Debe darse un proceso de revisión para mejorar el funcionamiento de los Clap, pero sin duda la feroz campaña con métodos de propaganda fascista en su contra tiene como propósito aumentar la desconfianza y las dudas de la población en cuanto a la distribución de los alimentos para incitar al caos y a la violencia.
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