Cuatro logros de antes que (ahora sí) reconoce la oposición
- Clodovaldo Hernández
- 22 jun 2016
- 4 Min. de lectura
Para demostrar que el actual gobierno debe renunciar, ser revocado o derrocado, la oposición política y mediática se vale de cualquier cosa, incluso de un sospechoso reconocimiento de los logros de la Revolución en años anteriores.
Veamos a continuación cuatro aspectos que, según el antichavismo, han desmejorado. O sea, que hace poquito funcionaban bien y ahora se echaron a perder. Lo raro es que esos severos críticos nunca reconocieron los referidos logros cuando éramos felices y no querían darse cuenta.

Primer logro perdido: ingesta de proteínas
El diputado José Guerra alerta sobre la baja en el consumo de proteínas, causado, según él, única y exclusivamente a la ineficiencia del gobierno de Nicolás Maduro. Como economista prestigioso (así le dicen los medios, yo no sé de eso), utiliza cifras: dice que en 2012, el promedio de consumo de carne era de 24 kilogramos anuales por cada venezolano, 4 por encima de lo recomendado por los organismos internacionales especializados (que es entre 10 y 20 kilos/año). Este año. Según sus cálculos, no pasará de 8 kilos.
El alerta de Guerra es irrefutable y, de alguna forma, todos podemos dar testimonio personal de la baja en el consumo de carne [Bueno, no todos: los restaurantes de La Castellana, Altamira, Los Palos Grandes, Las Mercedes y El Hatillo se la pasan repletos, sobre todo ahora que hay fútbol día y noche]. Tiene usted razón, señor Guerra, muchos venezolanos tienen meses que no saborean un bistec… pero, díganos algo: ¿por qué usted nunca le reconoció a la Revolución que en 2012 tenía índices tan favorables de ingesta de proteínas animales… ah, ah, ah?
Segundo logro perdido: cupo de dólares
Varios dirigentes opositores (políticos y mediáticos) andan chillando porque en las vacaciones escolares de este año, la sufrida clase media no podrá darse sus típicos viajecitos al exterior, en vista de que el tipo de cambio aplicable ya no es el del Sicad 1, sino el flotante.
Calculadora en mano, estas personas señalan que hasta el año pasado, alguien que lograra reunir 30 mil bolívares, podía acceder al cupo de 3000 dólares. Ahora se necesitan casi 2 millones de bolívares para tener la misma cantidad en moneda gringa.
Los denunciantes no dicen en este caso que toda la oposición ha sido siempre partidaria de dejar que todo se mueva según la mano invisible del mercado, cosa que en este caso está ocurriendo, aunque más bien habría que señalar la mano muy visible y sucia de los manipuladores cambiarios, que también son opositores… ¡y de los más furibundos!
Tampoco explican estos analistas por qué cuando existía el beneficio del cupo a precio preferencial, nunca admitieron que era una manera de darle a cualquier persona (de clase media, pobre, chavista o antichavista) la oportunidad de viajar, utilizando los dólares que produce Pdvsa. Ahora, cuando ha dejado de ser aplicable (con la contribución invaluable de Dollar Today y de los raspacupos de todas las especies), sí que aceptan que aquellos eran buenos tiempos.

Tercer logro perdido: las misiones
La oposición nunca reconoció la genialidad política que fue el invento de las misiones, programas sociales que lograron “bypasear” la burocracia saboteadora y holgazana. Durante años combatieron contra las misiones, las satanizaron, las ridiculizaron, las boicotearon.
Hoy usted oye hablar a algunos dirigentes contrarrevolucionarios y –si les cree, lógico– tendrá que aceptar que están preocupadísimos por el cierre de módulos de Barrio Adentro, por los problemas de los CDI y por la lentitud en las obras de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Mención especial merece acá la Misión Milagro, un auténtico ídem que le ha devuelto la vista o la salud visual a miles de personas. Ese incuantificable logro siempre ha sido ignorado por la oposición. Algunos de sus dirigentes se atrevieron a criticarla porque atiende a enfermos que no son venezolanos. En cualquier momento sale uno de estos líderes a decir que la misión antes hacía milagros, pero ya no.
Cuarto logro perdido: la democracia participativa
La oposición ahora (a propósito de un hipotético referendo) es partidaria acérrima de la democracia participativa y protagónica. Cuando se planteó, en los albores de la Revolución, los llamados escuálidos se pusieron en pie de guerra. Votaron NO en el referendo, tratando de evitar que hubiera proceso constituyente. Votaron NO en el referendo, en un esfuerzo por impedir que la nueva Constitución fuese aprobada, en diciembre de 1999. Poco más de dos años después, derogaron la nueva Carta Magna de un decretazo, en abril de 2002 y pretendieron volver de facto a la falsa democracia representativa de antes. Votaron NO en el referendo de 2007, y lograron evitar que se profundizara la participación y el protagonismo popular. Siempre han estado en contra de las leyes del Poder Popular, de los consejos comunales, de las comunas y, ahora, de los CLAP.
Pero quien los oye hablar hoy en sus lloriqueos en el extranjero, saldrá convencido de que la oposición es la verdadera partidaria de la democracia de asambleas y referendos. Tal como pintan el panorama, el antichavismo inventó las consultas populares, mientras que los revolucionarios hacen lo posible por evitarlas.
Algo parecido pasa con los aliados extranjeros de nuestra derecha cobera. Presidentes, jefes de gobierno y figurones políticos de toda laya claman públicamente porque se haga ya un referendo que ellos, en sus legislaciones nacionales, no incluirían ni de vaina.
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