ESTAMOS CONTIGO…2016- PLENILUNIO DE GEMINIS
- Movimiento Mundial de Servidores a la Vida
- 22 jun 2016
- 3 Min. de lectura
Sé que saben que todo lo que está sucediendo hoy en el mundo y, especialmente, en nuestro país, está muy relacionado con el proceso de evolución del espíritu de la Humanidad, cuyos fragmentos habitan en el corazón de cada ser humano en el planeta. Sé que saben que estos son tiempos en el que está haciendo su aparición, en la Conciencia de la Humanidad -representada por todos los pueblos del mundo y, en consecuencia, en nuestra Venezuela Bolivariana-, la Nueva Era de Acuario, caracterizada por el desarrollo de la espiritualidad. Esto es muy importante porque ella es el Agua de Vida para el Alma del Mundo y de Venezuela.
No obstante, lo mismo que la luz del amanecer va desplazando paulatina pero inexorablemente la oscuridad de la noche, así esta era que asoma irá desalojando, poco a poco pero con la misma inevitabilidad, la era que ya finaliza, ya cumplida su misión; es decir, la Era de Piscis, durante la cual el Amado Nazareno Jesús El Cristo, trajo a la Humanidad la Nueva Dispensación (las buenas nuevas mencionadas en las Sagradas Escrituras) en el Amor de Dios sobre todas las cosas y, además, un nuevo Mandamiento, quizás el que explica nuestra razón de ser en la Vida: el amor al prójimo.
A estas alturas de nuestra evolución, la Humanidad ha podido desarrollar su Cuerpo Mental, al igual que su Cuerpo Emocional. A estas alturas, ya discrimina, discierne, piensa por sí misma y reconoce lo que es real de lo irreal. Ahora, su mandato interior es la búsqueda de la Verdad Esencial dentro de sí misma.
Los acontecimientos nos hablan de los cambios que se están dando y que nos colocan en una aparente crisis. Ahora mismo, la noche que termina (la vieja Era de Piscis) y el día que inicia (la Nueva Era de Acuario) están confrontados: he ahí la verdad contra la mentira; he ahí moribundos sistemas que luchan enconadamente, utilizando todas las herramientas a mano para sobreponerse y conservarse, en contra de la luz de nuevas propuestas que conducen a la concordia entre los seres humanos y el planeta en el que vivimos, nos movemos y tenemos el ser.
Esto quiere decir que, aunque como Humanidad estamos en crisis, tal perturbación supondrá el necesario cambio en nuestra conciencia como individuos, por ende, transformación de la conciencia de la Humanidad en que nos constituimos, de tal forma que nos permita asimilar y COMPRENDER, el significado de las nuevas situaciones que se impondrán sobre las viejas condiciones de vida, el asentamiento de verdades eternas para la realización del Amor, la Fraternidad, la Complementariedad y la Compasión entre los seres humanos, como la proyección de todas estas cualidades y valores de Dios en nosotros, ya mostrada en la figura inmortal de Jesús el Cristo.
Para Venezuela y para el mundo, estos cambios llegaron con nuestro Comandante Chávez, bajo cuya influencia se sintieron, material y espiritualmente hablando, los cambios que porta la Nueva Era.
Es por todo esto que la Venezuela Bolivariana, junto con todas las Naciones del planeta, están obligadas a desarrollar la RESPONSABILIDAD sobre cada vida, sobre cada acto, sobre cada decisión tomada en colectivo, sin permitir -a riesgo de las peores consecuencias- que pequeñas fracciones de intereses muy concretos nos manipulen y decidan por nosotros el camino a seguir. Estamos en un punto en el que NO ES POSIBLE EVADIRNOS DE LA OBLIGACIÓN DE TRABAJAR POR LA VIDA, pues el conocimiento y la libertad que ello implica para nosotros, no es otra cosa que la conciencia de la responsabilidad que tenemos con la existencia de todos los seres que habitamos el planeta. Por lo tanto, no hay excusa que nos aparte de semejante compromiso.
Recordemos que nada se mueve sin la Voluntad de Dios: a medida que concienticemos las verdades que ello implica, más rápido desarrollaremos la COMPRENSIÓN de Su Plan para la Tierra y la Humanidad; más nos acercaremos, en cuerpo y espíritu –desprovistos de la mitología que la imaginación otorga a Su Presencia-, a Dios, en quien vivimos, nos movemos y tenemos el Ser.
LA GRAN INVOCACION: “Desde el Punto de Luz en la Mente de Dios. Que afluya luz a las mentes de la humanidad. Que la Luz descienda a la Tierra. Desde el Punto de Amor en el Corazón de Dios. Que afluya amor a los corazones de la humanidad. Que Cristo retorne a la Tierra. Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida. Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de la humanidad. El Propósito que los Maestros conocen y sirven. Desde el Centro que llamamos la Raza Humana, que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal. Que la Luz, el Amor y el Poder (la Voluntad al Bien). Restablezcan el Plan en la Tierra”. Que así sea, y que todos cumplamos nuestra parte.
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Movimiento Mundial de Servidores a la Vida
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