Revolución es Ejemplo y Amor
- Misión Nevado
- 4 jul 2016
- 2 Min. de lectura

Ceniza es un ejemplo de amor. FOTO MISIÓN NEVADO
“Cómo uno va a pasar por un lado como si no pasara nada ¡Ese un ser vivo! Ese grado de sensibilidad, uno tiene que y uno puede desarrollarlo… Creo que esos son valores esenciales para poder construir el socialismo, sin esos valores todo sería mentira, todo sería falso”.
Con estas palabras el Comandante Hugo Chávez nos dio una trascendental lección de Amor y Revolución, aquel día del año 2009 cuando contaba cómo se detuvo en medio de la carretera para ayudar a una perrita herida. Aunque algunos no lo entiendan, para este hombre esos dos conceptos estaban conectados de manera natural y se materializaban espontáneamente a través de sus acciones, de su ejemplo. Hoy, que él ya no está físicamente, es tarea de nosotros que la Revolución siga siendo Amor y Ejemplo. Por eso, desde Misión Nevado queremos compartir una historia inspiradora y digna de ser un modelo a seguir. Sus protagonistas son trabajadores del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, quienes conscientes de que no bastan las palabras sino están acompañadas por el accionar, le han devuelto la vida a un ser indefenso: una perrita abandonada en las calles.
Ceniza apareció a los alrededores del Minci a finales de enero de este año; escoltaba hasta el Metro a los compañeros y compañeras que salían tarde de trabajar, luego se devolvía a la sede y así poco a poco fue ganándose el afecto de muchos. Al entrar en celo los perros la asediaban, ella buscaba ayuda y comenzó a refugiarse dentro de las instalaciones del ministerio, pero para ese entonces ya estaba embarazada.
Cuando Ceniza iba a dar a luz, varios trabajadores se unieron para asistirla. Yaira Peralta, una de las principales protectoras nos cuenta: “yo le llevé el tiempo y tenía casi la fecha que podía parir, no podíamos permitir que se quedara en la calle. Le planteamos la situación a la Directora de Despacho, ésta a su vez al Ministro y nos autorizaron un espacio para ella”.
A partir de entonces la canina obtuvo un lugar acondicionado dentro del Minci, allí trajo al mundo a sus tres cachorros en óptimas condiciones. Los han cuidado tan bien que ahora están gordos y saludables, incluso ya tienen sus propios hogares, tres trabajadores los han adoptado y la tierna madre es la consentida de esta institución del Estado.
La historia de Ceniza es una pequeña muestra de que con verdadera voluntad todo es posible ¡Hagamos la diferencia!

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