Balance de la oposición en la AN
- Isabel Rivero De Armas
- 1 ago 2016
- 3 Min. de lectura

A más seis meses de la oposición en la Asamblea Nacional (AN) ya se sabe cuáles son sus intereses: 1) seguir las instrucciones del Gobierno y del Departamento de Estado de los EE.UU; 2) privatizar todo lo que encuentre a su paso; y 3) sabotear los logros de la Revolución Bolivariana.
Tal como ordenó Barack Obama, los diputados de la MUD desde la AN piden la activación de la Carta Democrática Interamericana con el falso argumento de violación de derechos humanos, sustentado en la falacia de “presos políticos” aunque son culpables de actos como el asesinato de 43 personas en las guarimbas del 2013 y 2014.
Luego, para que no quede duda de que sigue un guión injerencista, el Parlamento burgués aprueba la Ley de Amnistía para perdonar a quienes bajo la excusa de fines políticos, además de asesinar venezolanos, han incentivado la especulación y acaparamiento de alimentos y medicamentos.
A la par, ayuda a promover la matriz de opinión de que Venezuela es un Estado forajido o fallido, entiéndase que está al margen de la ley porque favorece el desorden y la impunidad, lo cual está en perfecta consonancia con la Orden Ejecutiva del presidente Obama, decretada en el 2015, renovada este año, que nos califica de amenaza inusual y extraordinaria.
Por otro lado, antes de legitimar la mejor llamada Ley de Impunidad, esa Asamblea lanza la Ley de Títulos de Propiedad, cuyo objetivo es privatizar la Gran Misión Vivienda Venezuela, de innegable éxito expresado en la entrega de más de un millón de unidades habitacionales al cierre del 2015.
Ese instrumento legal propuesto por el Parlamento privilegia el derecho a la propiedad privada, en menoscabo del derecho a la vivienda que busca proteger a la familia garantizándole un lugar donde vivir.
Seguidamente, como también es innegable el éxito de las llamadas OLP, u Operación de Liberación del Pueblo, evidenciado en la captura de criminales de alta peligrosidad como El Picure, al igual que bandas paramilitares que operan en suelo venezolano, esa nueva AN insiste en desactivarlas.
Del mismo modo, arremetió contra los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que hacen frente a la alteración de los canales de distribución de productos regulados, ya sea mediante el contrabando de extracción y/o bachaqueo.
Finalmente, en el tiempo transcurrido, el balance de la oposición en el Poder Legislativo se resume en favorecer: la injerencia; la ley de libre mercado, privilegiando al que más tiene; y boicotear aciertos del Poder Ejecutivo.
Colegio Emil Friedman rompió el silencio
Ildegar Gil

Solo la junta directiva del Colegio Emil Friedman sabe por qué esperó casi un mes para pronunciarse públicamente, sobre el presunto abuso sexual que uno de sus docentes habría cometido contra uno de sus más pequeños alumnos.
El lamentable hecho saltó a la opinión pública el 28 de junio, denunciado por www.latabla.com, y fue el pasado viernes 22 de julio cuando finalmente la unidad educativa precisó sus reacciones en torno al caso, según leemos en el mismo portal.
Varias cosas a destacar allí. La primera, lo sano que representa la actitud colegiada de los responsables del Friedman. Sin duda, brinda alguna dosis de calma a quienes desde el surgimiento de la noticia se sintieron angustiados, más allá de tener o no vínculo alguno con esa escuela. Como dijo Andrés Eloy Blanco, cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo.
Lo segundo, reconocer en lugar de esconder, que sí hay menores afectados a pesar de no ubicar el tipo de afectación. Todas y todos, aspiramos que sea el menor posible.
Luego, un factor altamente preocupante: los "afectados" parecen ser varios, de acuerdo al remitido plasmado en www.latabla.com. Si uno era aterrador, un número superior terminaría de desgarrar cualquier sentimiento que medio hubiese quedado en pie a consecuencia del anterior.
Atrae sobremanera, la puntualización que se hace sobre el número de cámaras instaladas para brindar seguridad a la población escolar. ¡Más de 70!, lo que nos lleva a suponer dos cosas. La primera de ella, aspirada por todas y todos, que nada haya sucedido ante la persuasión que representa semejante aparataje tecnológico. La otra: que haya ocurrido fuera de la edificación, lo cual constituiría otro elemento dentro de la investigación.
Finalmente, quienes al lamentable evento aplicaron un condenable manejo de las herramientas periodísticas, quién sabe con cuál intención, deben reflexionar. El periodismo hay que ejercerlo con responsabilidad o, en el mejor de los casos, no ejercerlo.
¡Chávez vive…la lucha sigue!
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