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Laboratorios de guerra sucia contra Reverol

  • Foto del escritor: CuatroF Digital
    CuatroF Digital
  • 15 ago 2016
  • 5 Min. de lectura

Uso geopolítico de la supuesta lucha contra el narcotráfico

Gringos quieren vincular al alto oficial con traficantes capturados en su gestión


Al general venezolano Néstor Luis Reverol lo pretenden vincular con actividades de tráfico de drogas a través de dos jefes de organizaciones criminales que fueron capturados durante el último año por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Paradójicamente las detenciones fueron hechas justamente durante el período que ese componente militar estuvo bajo su comando.



Se trata de los oficiales retirados de la propia GNB, Vassily Kotosky Villaroel Ramírez y Rafael Villasana Fernández, quienes son mencionados en el comunicado de prensa de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, divulgado el pasado lunes 1 de agosto.



El informe de prensa acusa, sin ofrecer indicios, a Reverol y al también al general Edilberto Molina, de haber recibido dinero para facilitar el tráfico de cocaína entre los dos países de 2008 a 2010, valiéndose de sus puestos como director y subdirector del organismo nacional antidrogas, además de entorpecer o detener investigaciones vinculadas con vehículos o personas que transportaban sustancias ilegales e incluso alertar a traficantes sobre redadas o actividades especiales de los cuerpos de seguridad antinarcóticos.



Vassily Kotosky Villaroel Ramírez, quien fue capitán de la GNB, es el elemento con el que la justicia estadounidense ha pretendido históricamente vincular a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con el tráfico de drogas y el lavado de divisas.



Villarroel Ramírez, quien comenzó a ser procesado por la justicia venezolana en 2008, tras la incautación de un lote de drogas en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui, comenzó a ser requerido por las autoridades estadounidenses en 2011, quienes lo relacionan con el jefe narcotraficante colombiano, Frank Tello, deportado en julio de 2010 por Venezuela hacía los EE.UU.



Tello, vinculado directamente con la organización criminal mexicana “Los Zetas”, mantenía una relación sentimental con Gloria Rojas Valencia, dirigente de ese grupo.



Pero además El Negro Tello, como se le conocía, era el segundo a cargo de la organización de tráfico de drogas y legitimación de capitales, de Daniel “El Loco” Barrera, quien también fue capturado y entregado a EE.UU en septiembre de 2012.



El caso de Tello, cuyo proceso se ventila en una corte de Nueva York, es uno de los citados por el diario The Wall Street Journal para relacionar al expresidente de la Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello, y a altos oficiales venezolanos, con actividades de narcotráfico.



Por su parte, Rafael Villasana Fernández, quien llegó a ser teniente (rango subalterno) era buscado por la justicia venezolana por ser el financista de una organización delictiva dedicada al tráfico internacional de droga.



Se encontraba solicitado según Orden de Captura Nro. BP11-P-2016-001254, emanada del tribunal Primero de Control de El Tigre, estado Anzoátegui, por ser integrante de una organización delictiva responsable de facilitar el envío de cantidades importantes de Cocaína desde Colombia hasta México, para su posterior transporte y distribución en los EE.UU de Norteamérica, organización que era liderada por el ciudadano Vasily Kotosky Villarroel Ramírez, detenido por este Comando el día 20 de Julio del año 2015, reseñó una nota de prensa de la GNB.



Las capturas de Villasana y antes de Villarroel echan por tierra los señalamientos de medios de propaganda que consideraban la actuación de estos exoficiales como la prueba de los nexos del gobierno venezolano con actividades criminales. Estos, a pesar de mucho antes del procedimiento de 2008, ya habían dejado de ser militares activos.



Sin embargo, el anuncio del lunes 01 de agosto confirma el uso geopolítico que viene haciendo el gobierno estadounidense de la lucha contra el tráfico de drogas y el lavado de capitales.



Además se trata de los mismos casos con los que han pretendido conectar con el narcotráfico a importantes dirigentes del chavismo como el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.



Como dato curioso vale destacar que Villarroel fue pareja sentimental de la modelo y actriz porno Diosa Canales, cuando se realizó la incautación de drogas en el Club Campestre “La Chinita”, en 2008, en El Tigre, tal como lo reconoció ella misma varios meses después en una rueda de prensa.



Según declaraciones citadas por el portal web rumberos.net, la vedette explicó en junio de 2009 “que sí era verdad que la persona a la que se acusó era su novio para aquel entonces, pero que él tampoco tuvo nada que ver con el caso”.



Y agregó que “… fue uno de sus empleados quien introdujo la droga en la finca y que ese caso ya está cerrado pues se demostró la culpabilidad de este señor”.


 

Dependencia y exportaciones de energía

Por Luis Britto García

La crisis capitalista mundial que revienta en 2009 disminuye el consumo de energía. China, que adquiría más de 5 millones de barriles diarios entre otros países a Rusia y Venezuela, decelera su economía. La privatización de PEMEX se posterga. La inversión en hidrocarburos se estanca o retrocede. No todo es fortuito en esta baja de la demanda internacional. Estados Unidos arremete hasta convertirse en el primer productor de hidrocarburos del mundo, aun a costa de destruir su medio ambiente con la contaminante y costosa explotación de lutitas. Al mismo tiempo, inunda el mercado mundial con el petróleo saqueado a Irak; alienta a su aliada Arabia Saudita a hacer lo propio con su aceite de bajo costo de producción, levanta el bloqueo a Irán, que llevaba años acumulando hidrocarburos sin salida y protege al Daesh, quien vende por centavos el aceite de los países que destruye. La finalidad de jugar a la baja del petróleo es obvia: quebrar perforadoras y refinerías de Rusia y de los países de la OPEP no plegados a la Alianza Atlántica, para luego monopolizar la producción mundial de energía fósil. Venezuela acusa el golpe: nuestro petróleo, que para 2014 cotizaba a $88,42 por barril, para febrero de 2016 sufre una caída histórica hasta $24,25, y producirlo cuesta unos $19, de modo que el margen de ganancia apenas superaba cinco dólares. Descensos similares castigan la exportación de hidrocarburos boliviana, ecuatoriana, mexicana, incluso la argentina, con su renacionalizada Yacimientos Petrolíferos Fiscales. También la crisis disminuye las exportaciones de trigo y soya y de carne de Brasil y Argentina.

Diversificar la producción

Repetidamente he señalado que el mundo sigue funcionando con hidrocarburos, que con tales precios la mayoría de las petroleras del mundo desarrollado quebrarían, y que necesariamente habrá una recuperación, pero no inmediata. En efecto, ya el 11 de marzo de 2016 el petróleo venezolano cotiza a $29,60, y el 1 de julio está a $ 39,75, más de quince puntos que en febrero. Pero una economía no puede vivir en perpetua montaña rusa de alzas y bajas de un solo producto. Para salvarnos en la América Latina que vive de unas pocas exportaciones, debemos crear y mantener fondos para compensar caídas de precios; vender en numerosos mercados, pero sobre todo aplicar el ingreso para diversificar la producción y el consumo internos de bienes básicos hasta independizarnos en medida apreciable de la monoproducción y sus mercados externos. Si no queremos morir, hemos de articular una voluntad social y política.

 
 
 

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