La Voz de Chávez
- Adan Chávez
- 21 abr 2016
- 5 Min. de lectura

El Siglo de Nuestra América
“¡Este es el siglo de nuestra América! Este es el siglo de la liberación de nuestros pueblos, de la consolidación de nuestra independencia.
Es una revolución lo que está ocurriendo, muy diversa, muy espontánea, pero es una revolución de valores, de ideas; una revolución cultural, política, con nuestros pueblos que han resucitado de entre la tumba para no dormir más nunca.
No fue casualidad, no. Es el mapa, es la geografía y es la historia, que no se pueden separar como el hidrógeno y el oxígeno. Y nosotros estamos obligados, obligados a retomar plenamente y a darle forma plena y profunda, por decirlo con una frase, al abrazo de Guayaquil.
Y en eso todos tenemos un papel muy importante que jugar, los caribeños todos, los suramericanos. Argentina y Venezuela tenemos allí también nuestro papel, del norte del sur, al sur del sur.
Simón Bolívar, en plena Guerra de Independencia, en 1818 –mil ocho dieciocho, como dicen ustedes allá– le escribía a los líderes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, quienes estaban luchando por consolidar las nuevas repúblicas que hoy son Argentina, Uruguay y Paraguay; y Bolívar allá en el Orinoco, en plena guerra de liberación lanza una carta, envía una carta, y hay una frase que es para nosotros hoy, 200 años después, dice Bolívar: Cuando nuestras armas terminen de completar la obra de nuestra independencia volaremos a darnos el abrazo, a lograr la unidad y a consolidar –dijo– el gran Pacto Americano, el Gran Pacto Americano, para hacer realidad, para darle forma a un cuerpo político, un bloque político.
Y al final termina diciendo: “Si la Providencia nos diera ese beneficio, entonces lograremos crear aquí en este continente la más grande nación del mundo a la que bien pudiéramos llamar la reina de las naciones y la madre de las repúblicas”.
Hagamos hoy realidad, 200 años después: “La reina de las naciones, la madre de las repúblicas”.
*Extracto de las palabras del Comandante Hugo Chávez, durante la sesión solemne con motivo de la celebración del Bicentenario del inicio de la gesta independista de Venezuela, 19 de abril de 2010
Comentario:
Estamos en presencia de la más grande ofensiva del imperialismo en contra de Nuestra América. De manera simultánea se gestan intentos de golpe de Estado en contra de los gobiernos progresistas y de izquierda. Allí está Brasil, en pie de lucha contra el golpe institucional. Desde aquí, toda nuestra solidaridad con la presidenta Dilma Rousseff y con el pueblo brasileño que ha salido a las calles en defensa de la democracia. También se ha desatado una persecución infame que busca el linchamiento moral de los líderes políticos que junto a Hugo Chávez, emprendieron un nuevo proceso de liberación nuestroamericano. Vaya nuestro abrazo fraterno a la expresidenta argentina Cristina Fernández.
En un poco más de una década han sido incuestionables los logros en la región; el poder emergente que surgió de las bases populares dio vida a un nuevo proyecto histórico continental trazando el camino hacia nuestra definitiva independencia, que es el mismo camino hacia la más perfecta unidad de nuestros pueblos. La creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica, de la Unasur, Petrocaribe, Celac, así lo demuestran. Como nos sigue diciendo Chávez, este es el siglo de la liberación de nuestros pueblos, no dejaremos que una nueva escalada neoliberal eche por tierra el futuro de paz, justicia social y unión de América Latina y El Caribe. A la arremetida imperial responderemos con la contraofensiva revolucionaria. ¡Comenzó el contraataque bolivariano de nuestros pueblos!
La toparquía robinsoniana
“Le hemos decretado la guerra al crimen en todas sus expresiones. Quiero reiterarlo (…) en Venezuela no hay intocables.
Nos guía una convicción irrenunciable: la lucha contra la impunidad pasa por la convicción de que no debe existir la perversa condición que convierte a unos hombres y mujeres en ciudadanos y ciudadanas de primera, y a otros y otras en ciudadanos y ciudadanas de segunda.
Lo hemos jurado: a los especuladores y estafadores les vamos a dar con todo, para parar, de una vez por todas, el desmadre con que pretenden quebrar nuestra economía y finanzas.
Hago un llamado a los señores diputados y diputadas, del presente y del inmediato porvenir, para que tomen plena conciencia de la necesidad de generar una nueva cultura legislativa y jurídica: una cultura para la verdad y para la justicia.
(…) Como un gigantesco paso hacia el Estado social y, aún más, hacia el Estado comunal o comunero hemos instalado en el Salón Ezequiel Zamora, otrora Salón de Gobernadores, del Palacio Blanco, el Consejo Federal de Gobierno.
Nos estamos montando sobre el potro encarnado en un nuevo federalismo bolivariano, zamorano y socialista como la clara y perceptible superación de aquel federalismo liberal y burgués que fue implantado por la IV República. Este último tuvo, como una de sus consecuencias más nefastas, el nacimiento de un concepto degenerado de descentralización.
“Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”, escribía por allá en 1828 nuestro Libertador Simón Bolívar al Mariscal Antonio José de Sucre. Con este espíritu ha nacido el Consejo Federal de Gobierno, y bajo este mismo espíritu debe seguir cobrando vida este máximo instrumento del pueblo: como instrumento de las comunidades para que tomen, definitivamente, el mando y ejerzan, como pensaba Kléber Ramírez, poderes de Estado, haciendo realidad la toparquía robinsoniana; la toparquía que se prefigura en los distritos motores de desarrollo. Llegó la hora entonces para que, sin ninguna clase de eufemismos, el ejercicio del poder obediencial se radicalice entre nosotros. En este sentido, el Consejo Federal de Gobierno nace bajo el signo del poder obediencial y debe señalar el camino y dar el ejemplo”.
*Extracto de las Líneas de Chávez, 16 de mayo de 2010
Comentario:
Pese a los intentos desestabilizadores de la derecha fascista, seguimos avanzando. El Tribunal Supremo de Justicia ha declarado el carácter inconstitucional de la “ley de amnesia criminal” que pretendió imponer la oligarquía para dejar impunes crímenes y delitos cometidos contra el pueblo y contra la Patria.
Nuestra lucha en contra de la impunidad ha sido constante como lo señaló el Comandante Chávez. Todos los venezolanos y las venezolanas debemos incorporarnos a esta batalla contra la impunidad, contra los especuladores, contra quienes desangran al país. No es tarea solo del Ejecutivo Nacional, es tarea de toda la sociedad pues solo la justicia puede garantizar la paz social.
El pueblo organizado debe asumir el protagonismo que le corresponde para construir la toparquía robinsoniana, como decía Chávez. Debemos potenciar el Poder Popular y las organizaciones autónomas de nuestro pueblo, solo de esa manera podemos enfrentar los retos económicos, políticos y sociales de gran envergadura que se alzan en esta coyuntura histórica ante nuestra Revolución.
Hoy, más que nunca, la capacidad de resistencia, el pensamiento creador, la lealtad a los principios y la confianza de nuestro pueblo en sí mismo, están a prueba. Pero no nos cabe duda que saldremos airosos y fortalecidos de esta circunstancia. La burguesía y el imperialismo no nos harán retroceder. La Revolución Bolivariana emergió no solo para hacer un gobierno del pueblo y para el pueblo, sino para cristalizar un cambio estructural en lo político y lo económico que nos permita afianzar un modelo social que proporcione a todos, como decía Bolívar, la mayor suma de felicidad posible.
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