Venezuela preside el Movimiento de Países No Alineados Mnoal
- Charles Giuseppi
- 12 sept 2016
- 4 Min. de lectura
La XVII Cumbre se realiza en Margarita

MNOAL agrupa las voces por la paz y un mundo sin hegemonías imperiales. FOTO ARCHIVO
La magna cita reunirá los líderes de 120 países miembros y de otros 15 países en calidad de observadores e invitados especiales
Con gran pompa y como se debe, la República Bolivariana de Venezuela prepara sus mejores galas estos días para lo que será sin dudas el más magno evento en la política internacional de este año, la décimo séptima (XVII) Cumbre del Movimiento de Países no Alineados (Mnoal) evento que tendrá lugar en la Isla de Margarita en el oriente venezolano. Al mismo tiempo, el país caribeño asumirá la presidencia temporal del Movimiento que será entregada por el presidente iraní Hasán Rouhaní a su homólogo venezolano Nicolás Maduro. La magna cita reunirá los líderes de 120 países miembros y de otros 15 países en calidad de observadores, así como a distintas personalidades políticas y académicas del acontecer internacional actual.
Si bien resulta importante destacar la magnitud global del evento, más importante parece analizar la necesidad estratégica de éste y sus alcances geopolíticos en momentos en los que Venezuela se encuentra asediada y atenazada por las oscuras fuerzas del imperialismo norteamericano en su fase más radical contra la democracia y las instituciones bolivarianas. Esto no sin antes hacer una breve descripción de lo que significa el Mnoal. EL movimiento surgió a principios de los años 60, en pleno esplendor de la guerra fría, cuando las dos superpotencias continentales EE.UU y la extinta URSS, pugnaban por un domino del mundo en función de sus intereses geoestratégicos. De esta forma, todos los países en una mayor o menor medida debían “alinear” sus posiciones mirando bien fuera hacia la órbita soviética, bien fuera hacia la órbita estadounidense.
En virtud del inicio de los procesos de descolonización del África y de algunos países del Sudeste Asiático, un grupo de países, impulsados por el liderazgo de tres hombres claves en la formación del grupo, Jawaharlal Nerhu (india), Gamal Abdel Nasser (Egipto) y Ahmed Sukarno (indonesia) e inspirados en los principios de la Conferencia de Bandung de 1955, se lanzaron en la empresa de conformar un movimiento de países denominados “no alineados” ya que su fundamento se encontraba precisamente en la no adhesión a la política militarista, guerrerista y totalitaria de los dos bloques hegemónicos durante la guerra fría. El movimiento, que comenzó con la conferencia de Belgrado en 1961 y contaba apenas con 25 miembros fue creciendo paulatinamente hasta hoy, donde cuenta con 120 miembros, además como señaláramos, con 15 países en calidad de observadores.

Sus principios descansaban más bien en una democratización de la sociedad internacional, en el respeto indiscutible del hombre y la mujer, de sus derechos y libertades fundamentales establecidas en la carta de las Naciones Unidas, el respeto a los Derechos Humanos por encima de todas las cosas, una desmilitarización y desnuclearización progresiva de los países del mundo, y la no adhesión de sus miembros a esquemas multilaterales de vocación belicista como la OTAN por ejemplo.
Durante una de sus conferencias fundadoras realizada en el Cairo, Egipto, en 1964, el Movimiento va a conocer un auge sin precedentes y de la reunión sale un documento que apuesta por un ambicioso programa para el fortalecimiento de la paz a nivel global. Igualmente, dicho documento aboga por la necesaria lucha contra el colonialismo europeo y anglosajón en África y Asia oriental, contra el “apartheid” británico impuesto al pueblo surafricano, y contra el racismo en todas sus formas por ser de alguna manera, el germen del fascismo.

La guerra fría por su parte trajo innumerables problemas al interior del movimiento de países no alineados, ya que algunos de sus miembros se vieron involucrados en conflictos de alta intensidad dada la irradiación del conflicto global. Así, y a partir de la Conferencia del Cairo en 1964, el Mnoal tuvo que enfrentar el desafío de asumir una posición firme frente a temas tan álgidos como la Guerra del Vietnam y el conflicto árabe-israelí por señalar los más destacados. Esto, sin perder de vista los propios conflictos entre miembros del Mnoal, como fue la guerra entre los vecinos Irak e Irán. De manera general, el movimiento se ha mantenido y hoy en día tiene un importante peso y un considerable valor en el sistema internacional. A partir de la Conferencia de Yakarta (Indonesia) y como consecuencia del final de la guerra fría, sus temas principales en las últimas conferencias, La Habana 2006, Sharm El-Sheij 2009, Teherán 2012, incluyen temáticas tan amplias como la cooperación económica internacional, el fortalecimiento del sistema de Naciones Unidas y una mayor democratización en las relaciones internacionales.
En momentos en los que Venezuela se encuentra en el ojo del huracán del pentágono norteamericano, dado el reciente golpe de Estado en Brasil, y en virtud del complejo cambio en la correlación de las fuerzas políticas en América Latina, el Mnoal fija su atención en la República Bolivariana para mandarle un claro mensaje al mundo: Venezuela no está sola, el mundo representado en los países que conforman el Mnoal, reconoce las instituciones democráticas venezolanas, así como la incuestionable vocación de nuestro país por y para el fortalecimiento de la paz internacional y la lucha contra todas las formas de discriminación que existan. Por tales razones, hoy más que nunca la Venezuela independiente, democrática y no alineada es reconocida en todo el mundo. Sigamos el ejemplo de Chávez, sigamos construyendo la paz universal.
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